Complejidad, gobernanza y redes: perspectivas desde la administración pública

A medida que el entorno se ha vuelto cada vez más complejo, las agencias gubernamentales se han ido dando cuenta que los problemas públicos ya no pueden ser afrontados de manera unilateral. Es a partir de ello que las redes  han comenzado a aplicarse ampliamente como una herramienta y estrategia de gestión pública que permite compartir recursos, resolver problemas de políticas complejas y aprovechar la experiencia y el conocimiento de toda la sociedad.

Las redes son sistemas complejos que involucran a una serie de actores que no solo están conectados entre sí, sino que también son interdependientes, por tanto, tienen cualidades emergentes, se adaptan a las condiciones cambiantes y tienen la capacidad de auto-organizarse. La gobernanza de la red, o también llamada gestión de la red, es un enfoques inclusivo y participativo, que ayuda al sector público a movilizar recursos de actores no estatales para brindar servicios efectivos y formular e implementar políticas públicas.

La literatura ha identificado varios tipos de redes: (1) Las redes de colaboración, se usan para representar las redes de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en la gestión de programas públicos y la prestación de servicios públicos; (2) las redes de políticas, se centran en la toma de decisiones de políticas públicas en los cuales se encuentran involucrados todos los actores que participaron en la formulación de políticas; y (3) las redes de gobernanza, que enfatizan el proceso de gobernanza para lograr objetivos intersectoriales e interorganizacionales en el sector público.

De manera específica, las redes de gobernanza se caracterizan por la complejidad de sus interacciones y el proceso de toma de decisiones, así como por el desarrollo y la implementación de políticas. Sin embargo, la complejidad de gestionar y gobernar a través de redes podría aumentar debido a algunos factores como la incertidumbre del entorno, el alto nivel de interdependencia, el número de actores involucrados en las redes, y la cantidad de funciones que tiene cada actor.

Por otro lado, existen tres tipos de incertidumbres que caracterizan los problemas de política: (1) La incertidumbre cognitiva, trata de la falta de una comprensión clara de las relaciones causales que subyacen al problema y son el resultado de una falta de conocimiento científico sobre el tema; (2) La incertidumbre estratégica, resulta de las múltiples perspectivas que provienen de múltiples actores que intentan abordar el problema perverso. Las estrategias en conflicto y las percepciones divergentes pueden dar como resultado una falta de progreso en la formulación de soluciones y también consecuencias inesperadas; y (3) La incertidumbre institucional, es el resultado de la naturaleza de la toma de decisiones que tiene lugar a través de redes políticas complejas que son de naturaleza policéntrica, fragmentadas y pertenecen a múltiples ámbitos y niveles (local, regional, a nivel de país, global).

Finalmente, reconocer la complejidad de la gobernanza de la red es una cosa, y el desarrollo de capacidades en la gobernanza efectiva de redes es otra. Cuatro capacidades de gobernanza que son importantes para abordar estos posibles problemas en la gestión de redes complejas son: (1) La reflexividad, es la capacidad para apreciar diferentes perspectivas y marcos; (2) La resiliencia, es la capacidad de ajustar las acciones a consecuencias impredecibles y condiciones cambiantes; (3) La capacidad de respuesta, es la capacidad para responder a diversas demandas, expectativas y problemas cambiantes; y (4) La revitalización, es la capacidad para superar estancamientos en los procesos políticos.

(Continúa)