Este importante artículo, publicado en el 2011 por John Kania y Mark Kramer, señala que las organizaciones están acostumbradas a afrontar y buscar resolver los problemas sociales complejos de manera independiente, en vez de actuar de manera colaborativa. Por ello, enfatizan la necesidad de afrontar tales problemas a través de la articulación de una amplia gama de actores que alineados en torno a una agenda común logren un impacto colectivo.
La colaboración no es nada nuevo. El sector social está lleno de ejemplos de asociaciones, redes y otros tipos de esfuerzos conjuntos, pero las iniciativas de impacto colectivo son claramente diferentes. A diferencia de la mayoría de las colaboraciones, las iniciativas de impacto colectivo involucran una infraestructura centralizada, un personal dedicado y un proceso estructurado que conduce a una agenda común, sistemas de medición compartidos, comunicación continua y actividades de refuerzo mutuo entre todos los participantes.
Impacto aislado
El sector sin fines de lucro opera con mayor frecuencia utilizando un enfoque llamado impacto aislado, el cual está orientado a encontrar y financiar una solución desde la perspectiva de una sola organización. Como resultado de este proceso, casi 1.4 millones de organizaciones sin fines de lucro buscan soluciones independientes para los principales problemas sociales, a menudo trabajando en desacuerdo entre sí y aumentando exponencialmente los recursos percibidos necesarios para lograr un progreso significativo. Las tendencias recientes sólo han reforzado esta perspectiva.
El problema de depender del impacto aislado de las organizaciones individuales se agrava aún más por el aislamiento del sector sin fines de lucro. Los problemas sociales surgen de la interacción de actividades gubernamentales y comerciales, no solo del comportamiento de las organizaciones del sector social. Como resultado, los problemas complejos sólo pueden resolverse mediante coaliciones intersectoriales que involucren a personas y organizaciones ajenas al sector sin fines de lucro. Esto no significa que puedan existir problemas sociales cuya solución sea evidente y que son mejor resueltos por organizaciones de manera individual.
Pasar del impacto aislado al impacto colectivo no es simplemente una cuestión de fomentar una mayor colaboración o asociaciones público-privadas. Requiere un enfoque sistémico que se centre en las relaciones entre las organizaciones y el nivel de progreso hacia los objetivos compartidos. A su vez, es clave la existencia de al menos una organización que tenga las habilidades y los recursos para reunir y coordinar los elementos específicos necesarios para que la acción colectiva tenga éxito.